Durante el camino se va motivando a los peregrinos para el cuidado de su salud, con las brigadas de la Secretaría de Salud del estado de México y del Distrito Federal, que apoyan en este aspecto para que el peregrino camine seguro. En el tema del orden traen una comisión de logística y de orden y se les pide a los peregrinos que se mantengan en la columna que les corresponde.
En la evangelización, subrayó el Padre Hurtado, cada delegación motiva a los peregrinos en la reflexión para una mejor viviencia de su vida cristiana. Actualmente existen 130 delegaciones correspondientes a las parroquias y rectorías de la diócesis y algunas que se incorporan de las diócesis Tenancingo (dos mil feligreses) y atlacomulco (tres mil feligreses) pues anteriormente pertenecieron a Toluca.
De esta manera, los peregrinos llegan al Tepeyac, con su agradecimiento, alegría y esperanza a cuestas, para presentarlas al Padre Bueno por intercesión de Santa María de Guadalupe, en la Hora Santa del miercoles 18 a las 21:00 horas, y en la Celebración Eucarística de las 10:00 horas de este jueves 20 de febrero, que fueron presididas por Mons Francisco Javier Chavolla Ramos, Obispo de la Diócesis de Toluca.
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A lo largo del caminar, un gran número de peregrinos esperan su lugar para incorporarse en la "columna". Es la oportunidad de ver a María que llega con música y danzas.
A pesar del calor, la alegía de la música y la conciencia de sentirse acompañados por San Juan Diego, refresca el avance.
Interminable el paso de los fieles, inicialmente la "columna de mujeres", dos horas y media más tarde, la de hombres.
Dios presente en la fragilidad de los niños. La inocencia en sus pequeños pasos, empujan la fe de los mayores, sus sonrisas muestran que Él va con nosotros.
Se preocupó de la salud de los peregrinos con brigadas de la Secretaría de Salud del Estado de México y del Distrito Federal, que apoyan en este aspecto para que el peregrino camine seguro.
Rostros cansados, pero reflexivos... paso adolorido, pero constante. La inclinación y la sombra de los árboles dan ánimo al cuerpo diciéndoles que falta menos.
Los cantos no paran, los animadores incansables alaban a Cristo, deletrean el nombre de María e invitan que el grito se escuche hasta el cielo.
La segunda parada casi está cerca, mientras ésta llega, con apoyo de los seminaristas y de los laicos comprometidos, se reza el Santo Rosario.
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1er día
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Martes. Febrero 18, 2014. Amanece y el termómetro marca 3°C, se congelan las manos, mas no la fe.
Al asomarse el sol, se oye el canto de los pájaros, una nueva oportunidad para seguir caminando.
Los peregrinos poco a poco se reúnen para escuchar una vez más la Palabra de Dios, esperan un mensaje que llevarán en la mente y en el corazón para esta nueva jornada.
Con la mirada puesta en algún punto, muestra su fe haciéndose visible a través de la fidelidad en la constancia de estar en pié, el puerto; el Tepeyac.
El Pbro. Lic. Santiago Ruiz, en representación del sr. Obispo, celebra la Misa en compañía de sus hermanos sacerdotes. Medita a cerca de San Juan Diego y de su fidelidad al mensaje de María.
El Cuerpo de Cristo es levantado y presentado a los peregrinos, ellos se alegran de saber que no van solos por el camino.
Llegado el momento de recibir el alimento del peregrino, los sacerdotes con agrado se dispersan por la zona buscando corazones dispuestos de recibirlo.
Mi fuerza y voluntad están en ti Señor. "Por Cristo en el Espíritu caminamos hacia el Padre".
Por ello, a los feligreses que acuden a la peregrinación se les da una preparación desde la parroquia. Cada párroco va preparando a los peregrinos a través de sus planes pastorales parroquiales, pero a nivel diocesano se reliza una reunión bimestral con los delegados de la Pía Unión, para establecer con ellos criterios especiales de formación y evangelización, atendiendo tres aspectos fundamentales de la peregrinación: la piedad, la salud y el orden.
El Pbro. Antonio Hurtado Carmona, encargado de la peregrinacion, indicó en entrevista que la prioridad de la peregrinación es que los participantes no vivan su fe solamente tres días al año, sino que se comprometan a conocerla y vivirla a lo largo de todo el año. "No es un desfile, ni una manifestación meramente social, sino religiosa, que busca el compromiso de todos los participantes, desde el Obispo hasta los laicos".
Recordó que el lema de la peregrinación: "Por Cristo en el Espíritu caminamos hacia el Padre", surge de la Pía Unión de Peregrinos organizadora de la peregrinación que está iserta dentro de la Pastoral de Laicos y forma parte del Plan Pastoral de la Diócesis pues el Obispo la preside y nombra un sacerdote responsable así como una comisión de evangelización.
El Objetivo del Plan Pastoral que comenzó en el año 2007, abundó, se ha renovado a partir de la parroquia y pretende "ayudarrnos a enterdernos como una Iglesia Diocesana que tiene que ser constantemente renovada por los sacramentos y las acciones pastorales. Estamos dejando atrás la experiencia de (hacer) sólo culto. Las prioridades son la familia, los jóvenes, los pobres, los alejados", comentó.
2do día
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LXXVI PEREGRINACIÓN DIOCESANA DE TOLUCA AL TEPEYAC 2014
Domingo. Febrero 16, 2014. Los peregrinos descansan y la Madre de Dios vela por ellos.
Veladoras, flores, globos buscando la ofrenda sencilla pero perfecta para la Madre de Dios quien espera paciente en el Seminario Diocesano de Toluca.
El Seminario Diocesano recibe con agrado a todos los peregrinos quienes bajo la protección de María, descansan y reparan fuerzas para el día siguiente.
Lunes. Febrero 17, 2014. De madrugada, Dios llama para escuchar su palabra y participar del banquete celestial.
No hay lugar para el frío, los sentidos viven el momento presente.
Mons. Francisco Javier Chavolla preside la Celebración, en su mente y en su corazón están los fieles que han dispuesto este tiempo de peregrinaje.
Juntos oramos al Padre y le encomendamos nuestro caminar, nuestra diócesis, nuestro México.
Sacerdotes distribuyen el Sagrado Cuerpo y Sangre de Cristo, el viático celestial del peregrino a la tierra prometida.
Filas de peregrinos para recibir la Sagrada Comunión, encomendando a Dios el día con el anhelo de llegar sanos y salvos a la siguiente parada.
No pudo faltar el Sacramento de la reconciliación, así nuestro esfuerzo tendrá razón de ser.
Mons. Francisco Javier Chavolla R., ora a María de Guadalupe mientras recuerda las últimas recomendaciones a los peregrinos, esparcirá el rocío de bendición animando la firme mirada al Tepeyac.
El Seminario Diocesano de Toluca, agradece a los peregrinos su breve estancia, pero cuya presencia ha embellecido los jardines con sus cantos y sus rezos.
CODICOSOC, 17 febrero 2014. Desde pequeño me inculcaron la devoción a la Santísima Virgen María de Guadalupe, y hoy me alegro porque sé que ha ustedes les ha pasado lo mismo. Hemos de reconocer que estaba sembrada en nuestro corazón esta gran verdad, que María es nuestra madre, María es madre de la Iglesia.
En mi formación de Seminario, he aprendido que uno de los elementos fundamentales, que me ha sido depositando en el corazón, es el amor a María. Todo sacerdote, todo seminarista puede atestiguar que en el corazón llevamos muy grabado este amor, el cual, no sólo nos orienta, nos impulsa seguir a Jesús, lo hace porque nos ama, nos enseña, nos conduce por el verdadero camino. Ella nos ayuda a formar nuestro corazón amando en su mismo Hijo.
Queridos hermanos:
Es costumbre cada año en la Diócesis de Toluca, manifestar nuestra fe y hoy cumpliendo 76 años el ir peregrinando al Tepeyac, reconociendo la labor de Arturo Velez, inicialmente como párroco y luego como Obispo de esta Diócesis.
¿Qué significa este caminar? Significa que María lleva un papel fundamental en nuestra vida, en la Iglesia. No es cualquier santo, ella viene siendo la Madre de Dios, y Madre de la Iglesia, cuya intención fue esta la de su Hijo Jesucristo, posteriormente proclamado en el CVII como madre de todos los hombres. Desde muy pequeños, hemos experimentado ese amor de predilección, ese amor que genera la vida de fe, para nosotros y para los demás.
Hoy iniciamos este caminar a la casa de nuestra madre, y debemos tributarle ciertamente siempre nuestro amor, nuestro respeto y nuestra devoción, pero también hay grandes cosas, que llendo uno a la casa de nuestra madre, lleva el corazón preparado.
Lo primero que vamos a darle es nuestra fe, nuestro cariño, nuestro respeto. Sabemos quién es ella, qué es lo que representa y a quién es a quien nos trae, pues muestrenle a ella esta fe.
Lo segundo es que cada uno de nosotros en su corazón, que conoce sus necesidades, no le pidamos sólo por las necesidades materiales; tambien por las espirituales.
Hijos, necesitamos más fe, necesitamos más amor a Dios, más amor entre nosotros, a nuestros hermanos, necesitamos que se vaya realizando la justicia, la paz. Pídanle por sus hermanos más necesitados, por los que hoy no pudieron acompañarlos, quienes están postrados o recién operados, por los familiares que están también sufriendo, pero pídanle ante todo para que les otorgue la gracia de vivir siempre en santidad.
Han depositado en nuestro corazón una buena semilla, y esa semilla ha crecido y ahora éste es el fruto de muchos años depositado en el corazón de estas tierras mexiquenses.
Vamos gozosos a la casa de nuestra madre, a mostrarle pues nuestro cariño y respeto, nuestro gozo y nuestro amor. Pero también vamos a suplicarle que nos conceda gracias necesarias, para honrar, agradecer y bendecir a nuestro Dios. Que Dios los bendiga a todos.